08 Nov La sal en caída libre
Desde hace un tiempo estamos detectando reformulaciones de productos con bajadas del porcentaje de sal preocupantes. Preocupantes, porque son reducciones muy agresivas y hasta niveles que están afectando de manera crítica el sabor de los productos: hasta tal punto que en ocasiones pruebo platos que directamente no saben a nada.
Es algo que no sólo se puede comprobar en la distribución final, sino también en la restauración, afectando incluso a elaboraciones que por su «receta» debería tener un especiado o sabor potente.
La sal se debe ajustar de forma pausada a través de pequeñas reducciones que permitan al consumidor adaptarse a pequeños cambios para llegar a un gran cambio final.
Sin embargo, debemos saber que hay límites que no podemos traspasar, por mucho que lo deseemos. Si saltamos esta línea, tendremos que apoyarnos en otros ingredientes para conseguir el perfil de sabor «mínimo».