06 Mar Lo que nos queda por descubrir….
Desde hace más de 10 años, los productos del pollo tienen una posición inmejorable para liderar el consumo cárnico en España: alto contenido proteico, % reducido de grasa y un sabor ciertamente neutro que nos abre un sinfín de oportunidades.
Si el bajo contenido en grasa es un dinamizador claro para su consumo entre adultos y niños, la neutralidad de su sabor se convierte en la clave para desarrollar diferentes tipos de elaborados. Una matriz alimentaria con matices organolépticos neutros, abre la puerta a la aplicación de un abanico de marinados impresionante: casi todos pueden funcionar.
Un hecho muy importante, pues permite a los fabricantes avícolas ofrecer a los distribuidores una variedad de productos bastante atractiva.
Sin embargo, en la búsqueda de un contenido graso reducido, nos hemos centrado en desarrollar elaborados de pechuga de pollo. Esta pieza es fantástica como producto, pero necesita ciertos tratamiento o la adición de ingredientes y/o aditivos para que sus características organolépticas no se vean reducidas en el paso final: el tratamiento culinario en los hogares.
Disponemos de otras piezas que ha visto reducido su uso a cocciones o asados, principalmente por su mayor % de grasa o mostrar una coloración más oscura que la pechuga.
Aunque esto sea así, el consumidor también está dando mucha importancia a la jugosidad del producto final, lo cual no debe implicar el destierro de piezas con mayor grasa superficial o intermuscular.
Lo que nos queda por descubrir….