26 Jul Cuestión de prioridades…
Ya sea un plato preparado, una crema de verduras, una hamburguesa… a la hora de desarrollar una formulación debemos tener muy claro dos aspectos: el núcleo de sabor primario que queremos construir y la textura principal que deseamos que el consumidor sienta al probar una comida.
Es esencial ofrecer al cliente una base principal de ingredientes que simplifica la elaboración de los productos, y de forma más profunda construir todos los atributos desde cero hasta donde nuestra creatividad sea capaz de llegar.
Si bien es cierto que esta última vía de trabajo es la más apasionante, desarrollar productos con una base estandarizada no es sinónimo de que el producto final vaya a ser el mismo que el de la competencia: este es un pensamiento que todavía tenemos que seguir aclarando con los fabricantes.
Cuando un fabricante trabaja con una base estandarizada, lo más común es que el cliente realice aportaciones adicionales propias a la formulación: el fabricante se la lleva a su terreno y la hace propia, una propuesta diferenciada del resto de su competencia.
Hablamos de vías de trabajo que convergen en un punto dado, aunque con velocidades de implantación en el mercado muy distintas.
Tomar un camino u otro puede venir determinado por nuestros atributos prioritarios. Si estos atributos se encuentran en la base estandarizada, fantástico, sino recurriremos a una base «cero» donde partamos de estos atributos, analizando a continuación que atributos secundarios encajan en nuestra propuesta de creatividad.