La carnicería convertida en Arte

La carnicería convertida en Arte

Siempre hablamos de la modernización de la industria alimentaria en un solo plano, el de las grandes industrias. Sin embargo, dentro del sector cárnico hay otro colectivo cuyo grado de transformación ha sido todavía más importante: las carnicerías de barrio que han convertido locales históricos en auténticos espacios gourmet, donde se trabajaba la carne de manera exquisita.

Actualmente, el grado de innovación que está aplicando el pequeño comercio es tremendamente valiente y digno de reconocimiento, pues los presupuestos económicos para llevar a cabo estos procesos de mejora son reducidos, en la mayoría de los casos.

El consumidor que busca una carnicería de barrio busca que le «mimen», encontrar la máxima personalización en aquello que va a comprar. Un espacio donde se cuide la estética tanto del mostrador como del producto que se expone, es perfecto para conseguir este objetivo.

La carnicería gourmet es una herramienta muy poderosa para dar y transmitir calidad. En este sentido, durante estos años, hemos visto como las grandes superficies incluyeron las bandejas de libre servicio: la comodidad y la rapidez parecían ser las únicas vías de futuro para atender al “nuevo consumidor». Sin embargo, hemos sido testigos no sólo de la reimplantación de nuevos puntos de servicio al corte (carnicería, charcutería…): carnicerías con el servicio de barrio dentro del supermercado, sino también de «corners» con esta misma filosofía que han dado lugar a un nuevo modelo de negocio.

Al mismo tiempo, grandes franquicias se han implantado dentro de galerías de alimentación, instalándose una convivencia entre el minorista y el gran distribuidor que siempre debería ser positiva para ambos.

La nueva carnicería tiene mucho que ofrecer.